Compañero fiel, designado por Dios para ser mi guardián, mi protector y defensor, y que nunca se aparta de mi lado, ¿cómo te agradeceré por tu fidelidad y amor, y por todos los beneficios que me has conferido? Tú me cuidas mientras duermo; me reconfortas cuando estoy triste; me levantas cuando estoy triste; evitas los peligros que me amenazan; me adviertes de los que han de venir; me apartas del pecado, y me excitas al bien; me exhortas a la penitencia cuando caigo, y me reconcilias con Dios. Hace mucho tiempo debería haber sido arrojado al infierno, a menos que con tus oraciones hubieras apartado de mí la ira de Dios. No me dejes, ni me abandones jamás, te lo suplico, pero aún así consuélame en la adversidad, refréname en la prosperidad, defiéndeme en el peligro, ayúdame en las tentaciones, no sea que en algún momento caiga por debajo de ellas. Por favor, ofrece ante la Divina Majestad mis oraciones y gemidos, y todas mis obras de piedad, y hazme perseverar en la gracia hasta q...
Un blog sobre energía vital para el éxito del ser: Sanación, propósito, motivación, aprendizaje y automejora.